jueves, 31 de mayo de 2012

Participacion y Liderazgo

REFERENCIA CONSULTADA:
-Autores: Paulo Freire y Martín Ignacio Baró
- Título del texto:    “Participación  y Liderazgo”
- Año de publicación: 1985

BREVE RESUMEN:
El presente documento parte del concepto de participación desde una perspectiva de actuación social; para luego resaltar, los aportes de Paulo Freire e Ignacio Martín Baró. El primero analiza sobre la participación que hace un estudio partiendo de una práctica educativa progresista que posteríos vincula con la participación democrática de los pueblos, además pone énfasis en la pedagogía del oprimido, como en la opresión que vivió el pueblo latinoamericano, además trata el liderazgo como un medio revolucionario y concentizador, en el que da voz  a esos actores, que se empoderen de sus capacidades, logrando transformar su contexto con libertad, con dignidad con conciencia crítica asumiendo protagonismo.

En cambio Ignacio Martin Baró  propone una  psicología liberadora en el que expone la necesidad de recuperar la memoria histórica basada en  la verdad de los pueblos, la acción desideologizante y la responsabilidad de la ética, inspirados en la teología de la liberación y finalmente hace una diferenciación de la psicología  reaccionaria frente a una  psicología progresista en el rol que debe desempeñar un psicólogo social.

PALABRAS CLAVES: OPRESIÓN, PARTICIPACIÓN, EDUCACIÓN, DEMOCRACIA, CONCIENCIA CRÍTICA, EMPODERAMIENTO.

DESARROLLO:
Antes de realizar un análisis de la propuesta de los autores es necesario realizar una aproximación conceptual de lo que es participación alude al proceso por el que las comunidades y/o diferentes sectores sociales influyen en los proyectos, en los programas y en las políticas que les afectan, implicándose en la toma de decisiones y en la gestión de los recursos, mediante el cual todos los actores  o miembros de una comunidad toman decisiones en dicho proceso de  desarrollo. Lo importante es lograr el autodesarrollo de los grupos locales, organizados que tomen iniciativa, como proceso de empoderamiento, que mejora las capacidades y el estatus de los grupos vulnerables, a la vez lograr sus objetivos en al cambio y de nuevas posibilidades de calidad de vida.
Nos es posible comenzar a reflexionar críticamente también sobre la cuestión de la participación en general y de la participación comunitaria en particular.
La primera observación que debemos hacer es que la participación, en cuanto ejercicio de la voz, de tener voz, de asumir el rol activo, de decidir en ciertos niveles de poder, en cuanto al derecho de ciudadanía se halla en relación directa, necesaria, con la práctica educativo-progresiva donde la gente se forme, construya su conocimiento; por eso recalca (PAULO FREIRE, 1985) esta identidad se crea con la finalidad especifica la de: “incidir en dar la voz a la población oprimido”, en sus aporte valioso que realiza, es aquí donde comienza a generar una visión distinta y particular de la psicología completándolo con  las aportaciones académicas, pues el objetivo debe conectarse cotidianamente con coyuntura  histórica de dominación y violencia específicamente en Latinoamérica.

 Por lo tanto era preciso reorientar la política de formación de los docentes, superando los tradicionales cursos en los que se insistía en el discurso sobre la teoría. Ésta es una eficaz forma de vivir la unidad dialéctica entre práctica y teoría, para lo cual era aclarar   un mayor nivel de participación democrática de los estudiantes, de los profesores, de las madres, de los padres, de la comunidad escolar, de una escuela, dispuestas al cambio, descentralizadas, que permitieran con rapidez y eficacia la acción gubernamental.

El hecho es tener una mirada de análisis que vincule la teoría  y práctica centrada en la participación de toda la población y que su vida  tenga sentido social, el propósito de este autor fue impulsar el protagonismo y de brindar  servicio a los más necesitados, es decir, de vivir activamente, crítica y racionalmente como un hombre situado que busca una verdadera liberación, concreta y real; busca hacer reconocer al hombre su propia dignidad, que sea participe de la transformación del mundo, por medio de la educación que le ayude a ser crítico, ampliar sus capacidades, una vez descubierta, transferir  al pueblo que estuvo condicionado a vivir en la miseria y explotación con una gran pasividad y silencio.
Otro autor importante  expresa al respecto “Hay que insistir en que esto no supone echar por la borda todo el acervo existente, lo que constituiría una absurda y presuntuosa insensatez; de lo que se trata es de revisar el conocimiento disponible desde la perspectiva crítica de los pueblos marginados. Tarea nada fácil y en la que la demagogia no puede suplir al rigor disciplinado” (MARTIN BARO, 1998: 319)
El estudio parte en Brasil, la colonización tuvo características marcadamente depredadoras, lo que produjo una fuerte explotación convirtiéndola en una gran "empresa comercial", donde el poder de los señores dueños de las tierras sometía a la gran masa campesina y nativa del lugar, otorgándoles trato de esclavos. La educación de los colonizadores pretendía mostrar a los aborígenes la indignidad de su cultura y la necesidad de aplicar un sistema educativo cultural ajeno, que mantuviera esta situación de explotación e indignidad humana.  Esta forma de dominación impedía el desarrollo de las ciudades: el pueblo era marginado de sus derechos cívicos y alejado de toda experiencia de autogobierno y de diálogo.
Su proyecto educativo desarrollado en Brasil, que parte de la praxis, apunta a crear humanización, a liberar al hombre de todo aquello que no lo deja ser verdaderamente persona, lo que impulso a  movilizar y concientizar al pueblo, desde la participación popular creciente, por medio de votos, hasta el movimiento de cultura popular organizado por los estudiantes. Se desarrolla también todo un movimiento del sindicalismo rural y urbano. PAULO FREIRE  “Es consciente de que la sociedad que le toca vivir, posee una dinámica estructural que conduce a la dominación de las conciencias, lo que se traduce en una pedagogía que responde a los intereses de las clases dominantes”  a decir de que los que tienen el poder no les conviene la gente se forme, aprenda, porque caso contrario no los pueden someterlos.
Su vocación es la de la humanización y ésta debe ser conquistada a través de una praxis que lo libere de su condición actual. "Ahí radica la gran tarea humanista e histórica de los oprimidos: liberarse a sí mismos y liberar a los opresores. ... sólo el poder que renace de la debilidad de los oprimidos será lo suficientemente fuerte para liberar a ambos".
Es por eso que en su valioso aporte  nos dice sobre la pedagogía del oprimido es aquella que debe ser elaborada por el propio oprimido, ya que la práctica de la libertad sólo puede encontrar adecuada expresión en una pedagogía en que el oprimido tenga la condición de descubrirse y conquistarse, en forma reflexiva, como sujeto de su propio destino histórico. Lo que llevo a plantear el método fundamentalmente de la cultura popular, que, a su vez, se traduce en una política popular: no hay cultura del pueblo sin política del pueblo, es decir a constituirse y organizarse políticamente hablando.
 Por este motivo, su labor apunta principalmente a concientizar y a politizar, busca reencontrarse; es el movimiento en el que busca ser libre. Ésta es la educación que busca ser práctica de la libertad, que aprenda a hacer efectiva su libertad, y haciéndola efectiva, la ejerza."Se impone la educación como práctica de la libertad" (PAULO FREIRE, 1992).
Es importante valernos de se posicionamiento y tener una nueva visión  en el que para el educador progresista coherente enseñar y aprender son momentos del proceso mayor de conocer. Por eso mismo implican búsqueda, análisis, viva curiosidad, equívoco, acierto, error, serenidad, rigor, sufrimiento, tenacidad, pero también satisfacción, placer, alegría. Implica empoderarse de estos procesos de formación y sobre todo partiendo de una comprensión crítica de la práctica educativa y de una comprensión crítica de la participación comunitaria, nos ampliemos en consideraciones y reconstruir acerca de sus relaciones, es decir la posibilidad de encaminar de la manera adecuada las interrelaciones, entre actores educativos y comunitarios.
En esta análisis de cambio de una nueva educación el autor da a conocer su metodología en este proceso que está determinada por el contexto de lucha en que se ubica la práctica educativa: el marco de referencia está definido por lo histórico y no puede ser rígido ni universal, sino que tiene que ser construido por los hombres, en su calidad de sujetos cognoscentes, capaces de transformar su realidad.
Otra característica del método es su movilidad y capacidad de inclusión. “Por ser una pedagogía basada en la práctica, está sometida constantemente al cambio, a la evolución dinámica y reformulación” (PAULO FREIRE, 1992:12). Es decir, si el hombre es un ser inacabado, y este ser inacabado es el centro y motor de esta pedagogía, es obvio que el método tendrá que seguir su ritmo de dinamicidad y desarrollo como una constante actualización.
A su vez este el método que resalta su aportación está en el proceso de concientización, mediante el cual el hombre desarrolla más u más su conciencia crítica, en busca del afloramiento de la verdad de la conciencia reflexiva de la cultura, pero existe sociedades cerradas que impiden la participación, por lo que mantienen los privilegios de las clases dominantes (élites), que a través de diferentes medios que cumplen la función de alienar a la población. Cree que es necesaria y clave la democratización, que es un principio básico que se debe desarrollar en una sociedad, permitiendo su protagonismo y construcción a satisfacer sus necesidades y solucionar su problemáticas, toma una opción de enraizamiento e interpretación de la verdadera realidad.
 El autor sostiene que la revolución tiene un carácter eminentemente pedagógico y que así lo han vivido los auténticos revolucionarios (Che Guevara, Camilo Torres, Mao Tsé-Tung). El camino para un trabajo liberador realizado por el liderazgo revolucionario no es con las técnicas domesticadoras (slogans, propaganda, comunicados, etc.), sino con el diálogo concientizador. El LÍDER Y EL OPRIMIDO deben llegar al conocimiento de que ambos SON SUJETOS que se insertan críticamente en la estructura opresora.
Los oprimidos tienen que luchar como hombres y no como «cosas». Para construirse de nuevo como hombres no debe esperarse a un después de la revolución. La lucha por esta reconstrucción comienza en el autoreconocimiento de que son hombres destruidos, reconocerse desde su realidad y desde allí levantarse con un aprendizaje y un conocimiento claro.

El liderazgo revolucionario no absolutiza la ignorancia de las masas; también  fecunda con su diálogo crítico la conciencia de las masas. “Afirmamos que el diálogo es la esencia de la acción revolucionaria. De aquí que, en la teoría de esta acción, sus actores, intersubjetivamente, inciden su acción sobre el objeto, que es la realidad que los mediatiza, teniendo como objetivos, a través de la transformación de ésta, la humanización de los hombres. Esto no ocurre en la teoría de la acción opresora, cuya esencia es antidialógica. En ésta el esquema se simplifica. Los actores tienen, como objetos de su acción, la realidad y los oprimidos simultáneamente y, como objetivo, el mantenimiento de la opresión, a través del mantenimiento de la realidad opresora” (PAULO FREIRE, p. 181).
 De esta manera se aclara de que el líder autentico no solo se vislumbra a si mismo, al contrario es una persona  que conduce que impulsa, posibilita y fortalece el accionar de los pueblos.

En la teoría dialógica de la acción, los sujetos se encuentran para la transformación del mundo en co-laboración. No hay aquí un sujeto dominador y un objeto dominado; hay dos yo, que son a su vez dos . Dos sujetos que se encuentran para la declamación del mundo, para su transformación, entonces, conocer la realidad de las cosas;  y lo importa es hacer: “Soy porque hago”. La colaboración entre líderes y masa, aunque en distintos niveles de función y responsabilidad, se da en la comunicación. No es una conquista de las masas para la revolución, sino una adhesión para su liberación, la organización de las masas está ligada a su unidad. Al buscar la unidad, el liderazgo también busca ya la organización de las masas populares, lo que implica el testimonio que debe dar a ellas de que el esfuerzo de liberación es una tarea común de ambos, pero sobre todo fundamentada en el dialogo.
Por eso, entre las características del liderazgo no puede estar que niegue a las masas el pensamiento crítico: se negaría a sí mismo en su pensar (sería la mitad del pensar: pensar solo y por tanto, falsamente). De ahí que el liderazgo no puede pensar sin las masas, ni para ellas, sino, con ellas. Si esto es "ingenuo"... lo sería para los mecanicistas dice Freire  y de todos modos no sirve para nada lo que no es así.
Ahora bien es indispensable también exponer la contribución de Ignacio Martin Baró con respecto a una propuesta  de la psicología de la liberación, como lo había mencionado anteriormente. Él recalca y se compromete con el sufrimiento de los pueblos vulnerados en sus derechos y aspiraciones para lo cual expone la necesidad de recuperar la memoria histórica, la acción desideologizante y la responsabilidad de la ética del científico social.
A esto contribuye  Martin Baro(1998) expresa una nueva epistemología en el sentido de la que laPsicología debe trabajar por la liberación de los pueblos latinoamericanos, un proceso que, como mostró la alfabetización conscientizadora, la profunda ruptura con las cadenas de la opresión personal como de las cadenas de la opresión social” (1998) psicología liberadora exige una nueva forma de buscar el conocimiento: la verdad de los pueblos latinoamericanos no está en su presente de opresión, sino en su mañana de libertad.
Y ciertamente, la teología de la liberación ha sido capaz de reflejar y estimular al mismo tiempo las luchas históricas de las masas marginales con mucha más fuerza que nuestros análisis y recetas psicológicas sobre la modernización o el cambio social, esto marco un camino para que los pueblos se liberen.

 Cabe indicar que lo que se busca es una nueva epistemología, la Psicología debe trabajar por la liberación de los pueblos latinoamericanos, un proceso que, como mostró la alfabetización conscientizadora de Paulo Freire, entraña una ruptura con las cadenas de la opresión personal como de las cadenas de la opresión social. Exige una nueva forma de buscar el conocimiento: la verdad de los pueblos latinoamericanos no está en su presente de opresión, sino en su mañana de libertad.

No se trata de que nosotros pensemos por ellos, de que les transmitamos nuestros esquemas o de que les resolvamos sus problemas; se trata de que pensemos y teoricemos con ellos y desde ellos, partiendo de una mirada crítica, de ahí que plantea el autor como imperativo moral, y  desde una visión cristiana, la teología de la liberación ha subrayado que sólo desde el pobre es posible encontrar al Dios de la vida anunciado por Jesús, una PSICOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN tiene que aprender que sólo desde el mismo pueblo oprimido será posible descubrir y construir la verdad existencial de los pueblos latinoamericanos.

Hoy muchos psicólogos latinoamericanos han descartado el conductismo y se han afiliado a una u otra forma de Psicología cognoscitiva, la Psicología es el individuo como entidad de sentido en sí misma. El problema con el individualismo radica en su insistencia por ver en el individuo lo que a menudo no se encuentra sino en la colectividad, o por remitir a la individualidad lo que sólo se produce en la dialéctica de las relaciones interpersonales. De esta manera el individualismo termina reforzando las estructuras existentes al ignorar la realidad de las estructuras sociales y reducir los problemas estructurales a problemas personales.

De lo que se trata es de preguntarse si con el bagaje psicológico que disponemos podemos decir y, sobre todo, hacer algo que contribuya significativa a dar respuesta a los problemas cruciales de nuestros pueblos. Porque en nuestro caso más que en ningún otro tiene validez aquello que de que la preocupación del científico social no debe cifrarse tanto en explicar el mundo cuanto en transformarlo.

Se podría plantear por ejemplo una Psicología reaccionaria frente a una Psicología progresista. El dilema, una vez más, es válido, aunque se suele plantear inadecuadamente. Una Psicología reaccionaria es aquella cuya aplicación lleva al afianzamiento de un orden social injusto; una Psicología progresista es aquella que ayuda a los pueblos a progresar, a encontrar el camino de su realización histórica, personal y colectiva.

Es necesario replantearse, comprender y llevarlo acabo, de ahí que para adquirir un nuevo conocimiento psicológico no baste con ubicarnos en la perspectiva del pueblo, es necesario involucrarnos en una nueva praxis, una actividad transformadora de la realidad que nos permita conocerla no sólo en lo que es, sino en lo que no es, y en ello en la medida intentamos orientarla hacia lo que debe ser. Como dice FALS BORDA (1985, p.130) hablando de la investigación participativa, sólo al participar se produce “el rompimiento voluntario y vivencial de la relación asimétrica de sumisión y dependencia, implícita en el binomio sujeto/objeto”.

Al respecto el autor expresa “En mi opinión, el conflicto entre la ciencia y compromiso es un planteamiento falso (…) la parcialidad que siempre supone una toma de postura no tiene por qué eliminar la objetividad. Resulta absurdo y aun aberrante pedir imparcialidad a quienes estudian la drogadicción, el abuso infantil o la tortura. Lo que si se puede pedir y debe pedirse es que analicen esos fenómenos con todo rigor y apertura total a los datos de la realidad” MARTIN BARÓ (1998: 332).

Tener una perspectiva diferente implica respetar el trabajo de Baró nos lleva a que actuemos en lugar de intervenir; en este sentido los actores sociales den ser reconocidos como sujetos de derechos que pueden y demandan convertirse en interlocutores, para construir un compromiso social que se oriente hacia la promoción de la vida digna.

CONCLUSIONES:
Las aportaciones de los autores ha sido fundamentales para el surgimiento d los pueblos Latinoamericanos que han sufrido opresión violencia, negación, exclusión, en el que el poder era ejercido por la élite; a partir de estas ideas, de las acciones tomadas, el pueblo ha luchando incesantemente para lograr su liberación y sobre todo estos autores y muchos más (teología de la liberación)  fortalecieron la participación y sean tratados como sujetos de derechos.

El principio de la individualización se presenta en Freire a través de la valoración del individuo como ser único, irrepetible, necesario y valioso para el proceso educativo centrado en el diálogo. En relación al principio de autonomía,  Él hace bastante hincapié en la necesidad del hombre de alcanzar su libertad y desde ella proyectarse hacia su perfección. 

Ante todo han considerado a la personas como un ser social e histórico que somos nosotros, mujeres y hombres, condicionado pero capaz de reconocerse como tal y de superar los límites de su propio condicionamiento programado, para aprender, tenía necesariamente que entregarse a la experiencia de enseñar y de aprender, tener el valor de  romper y de optar, tareas de sujeto participante y no de objeto manipulado.

Y finalmente seguir esas enseñanzas y hacer una psicología de la liberación, en  el que   los psicólogos contribuyamos  al desarrollo de los países latinoamericanos, necesitamos replantearnos nuestro bagaje teórico y práctico, pero replanteárnoslo desde la vida de nuestros propios pueblos, desde sus sufrimientos, sus aspiraciones y luchas, no solo tarea simplemente teórica, sino primero y fundamentalmente práctica.

Frases  relevantes:
“El hombre como un ser inconcluso, consciente de su inconclusión y su permanente movimiento de búsqueda de SER MÁS”
“Nadie libera a nadie, nadie se libera solo; los hombres se liberan en comunión



BIBLIOGRAFIA:
ANDERSON, G. 1999. “Hacia una participación auténtica en educación”. California State University Otubre 1999.
FREIRE, P.: "Pedagogía del Oprimido - Editorial Siglo Veintiuno - Buenos Aires, Argentina- 1985.
www.andyvillar2.blogspot.com/2007/.../participacin-ciudadana-cultura-y.h...
www.opuslibros.org/Index_libros/Recensiones_1/freire_ped.htm