miércoles, 28 de marzo de 2012

LA FÍSICA CUÁNTICA Y SU RELACIÓN
 En el momento adquirimos vida, a partir  de la unión de un espermatozoide y un óvulo desde  es estudio de la fisiología pero me  gusta saber de qué estamos echo, mas allá de lo que vemos, hay investigadores, científicos  que se pasan la  vida entera estudiando cosas que no entienden y que al final se dan cuenta de que lo que estudiaba no era verdad. A continuación se hace un acercamiento a estas inquietudes  partiendo de los siguientes aspectos:
 SOBRE LA FÍSICA CUÁNTICA Y LA MATERIA
El término materia tradicionalmente se refiere a la sustancia de la que todos los objetos están hechos. [][]Una forma común de identificar esta “sustancia” es mediante sus propiedades físicas; así una definición común de materia es “todo aquello que tiene masa y ocupa un volumen”.
Entonces bbásicamente, el principio nace el la ecuación de LUIS DE BROGLIE, el cual digo que una partícula de materia tiene una longitud de onda, es decir, que todos somos materia y ondas,  todos somos un móvil y emitimos señales, pues bien. Aplicando esa matriz en la microfísica, más allá de los átomos y protones fotones y electrones, nos encontramos en un mundo que no vemos, que se puede calcular y que no tenemos capacidad hoy en día para descifrar.
Pues ahí recae la física cuántica, aquella física que mediante esta matriz intenta descubrir como se comportan esas mini partículas en el micro mundo... el porqué unas partículas desaparecen en un espacio tiempo y aparece la misma en otro espacio tiempo a la vez, sin saber como ha ido a parar.
Postulada desde tiempos inmemorables, fue EINSTEIN quien se paso media vida intentándola descubrir. Después de su magnifica ecuación de E=MC2, se comenzó a indagar en la física cuántica, se comenzó a descubrir que a nivel microscópico (relaciones entre partículas subatómicas) las cosas no se comportan igual que a nivel macroscópico (estrellas y galaxias). Él, comenzó a buscar una teoría del todo, donde una ecuación resolviera la matriz perfecta del universo...qué paso? ¿Qué no encontró?

Y entonces fue cuando los científicos se inclinaron por la física cuántica, por aquellas cosas que entendieron 2 personas en el mundo, donde yo  hablo ahora estoy soltando, pero  ciertamente explican, mediante la estadística (ciencia que nunca falla en e 99%) que hoy por hoy, parece la mejor teoría postulada para intentar llegar a descubrir algo…

Según la FÍSICA CUÁNTICA, no se comportan igual las cosas a un nivel o a otro, el concepto de incertidumbre que enmarca este comportamiento de ondas-materias, en el hecho de su desaparición y aparición en el tiempo y espacio llegara a ser real, aplica lo ahora a otra escala, la nuestra, la del hombre, la de un hombre que tenga la capacidad de convertirse en materia y onda a su capricho, un hombre que pueda cambiar de espacio y tiempo según los vientos es algo que no creo y si pasara no seria bueno; la física cuántica no resuelve el problema del micro mundo, solo es una aproximación al intento de poder descubrir aquello que se a descubierto tan solo hace 100 años.

Pues bien, la tecnología actual no es capaz de estudiar los comportamiento microscópicos, pues postulando que la velocidad de la luz es la máxima que se mueven las partículas en el espacio (cosa que no es verdad) y que estas partículas desaparecen y aparecen en ondas y materia, no será que hay un bagaje de información, que no se puede hallar aun entre ese tiempo de acción.


La física cuántica confirma que creamos nuestra realidad

La física moderna dice “tú si puedes”
 Durante décadas, los poderes de la mente han sido cuestiones asociadas al mundo “esotérico”, cosas de locos. La mayor parte de la gente desconoce que la mecánica cuántica, es decir, el modelo teórico y práctico dominante hoy día en el ámbito de la ciencia, ha demostrado la interrelación entre el pensamiento y la realidad. Que cuando creemos que podemos, en realidad, podemos. Sorprendentes experimentos en los laboratorios más adelantados del mundo corroboran esta creencia.
El estudio sobre el cerebro ha avanzado mucho en las últimas décadas mediante las “tomografías”. Conectando electrodos a este órgano, se determina donde se produce cada una de las actividades de la mente. La fórmula es bien sencilla: se mide la actividad eléctrica mientras se produce una actividad mental, ya sea racional, como emocional, espiritual o sentimental y así se sabe a qué área corresponde esa facultad.
Estos experimentos en neurología han comprobado algo aparentemente descabellado: cuando vemos un determinado objeto aparece actividad en ciertas partes de nuestro cerebro… pero cuando se exhorta al sujeto a que cierre los ojos y lo imagine, la actividad cerebral es ¡idéntica! Entonces, si el cerebro refleja la misma actividad cuando “ve” que cuando “siente”, llega la gran pregunta: ¿cuál es la Realidad? “La solución es que el cerebro no hace diferencias entre lo que ve y lo que imagina porque las mismas redes neuronales están implicadas; para el cerebro, es tan real lo que ve como lo que siente”, afirma el bioquímico y doctor en medicina quiropráctica, Joe Dispenza en el libro “¿y tú qué sabes?”. En otras palabras, que fabricamos nuestra realidad desde la forma en que procesamos nuestras experiencias, es decir, mediante nuestras emociones.
La farmacia del cerebro. En un pequeño órgano llamado hipotálamo se fabrican las respuestas emocionales. Allí, en nuestro cerebro, se encuentra la mayor farmacia que existe, donde se crean unas partículas llamadas “péptidos”, pequeñas secuencias de aminoácidos que, combinadas, crean las neurohormonas o neurolépticos. Ellas son las responsables de las emociones que sentimos diariamente. Según John Hagelin, profesor de física y director del Instituto para la ciencia, la tecnología y la política pública de la Universidad Maharishi, dedicado al desarrollo de teorías del campo unificado cuántico: “hay química para la rabia, para la felicidad, para el sufrimiento, la envidia…”
Mente creadora. Los experimentos en el campo de las partículas elementales han llevado a los científicos a reconocer que la mente es capaz de crear. En palabras de Amit Goswani, profesor de física en la universidad de Oregón, el comportamiento de las macropartículas cambia dependiendo de lo que hace el observador: “cuando el observador mira, se comporta como una onda, cuando no lo hace, como una partícula”. Ello quiere decir que las expectativas del observador influyen en la Realidad de los laboratorios… y cada uno de nosotros está compuesto de millones de átomos.
Seguramente la teoría de los universos paralelos, origen de la de la “superposición cuántica”, es la que ha conseguido llegar mejor al gran público. Lo que viene a decir es que la Realidad es un número “n” de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades, hasta que UNA se convierte en Real: eso será lo que vivimos. Somos nosotros quienes nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos (“yo sí puedo”, “yo no puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades-ondas).

La física cuántica vs la psicología

La física cuántica demostró que todo lo que vemos está conectado por infinitos, eternos, ilimitados campos cuánticos, una especie de red invisible en la cual está entrelazada toda la creación, y los límites de cada objeto son ilusiones que nos impone nuestra limitada percepción.
Rupert Shaldrake, biólogo inglés, partiendo de los conceptos de campos morfogenéticos y resonancia mórfica, trata de explicar el proceso en que los organismos se forman por influencia de campos mórficos similares del pasado y cómo el conocimiento se transmite en forma instantánea entre miembros de una misma especie.
Estos descubrimientos e investigaciones produjeron un inevitable cambio en la visión del mundo y en la conciencia, porque permite a la mente captar la verdadera dimensión de si mismo, no sólo como un cuerpo en el espacio y el tiempo sino como alguien que forma parte de algo mayor, inteligente y con poder organizador.
Existen distintas formas de conectarse con este campo unificado; una de ellas es por medio del sonido. El sonido de nuestra voz, que representa una vibración, es capaz de ordenar los desequilibrios energéticos de nuestro cuerpo. El canto por ejemplo, es una vibración, así como la oración o la repetición de un mantra, todas ellas, expresiones que tienden a restablecer el equilibrio.
No es correcto que nos consideremos organismos aislados en el tiempo y en el espacio, más bien cada uno es como una célula de todo el Universo, con derecho a participar del perfecto equilibrio cósmico, incluida la salud perfecta, porque dentro de cada uno de nosotros se encuentra la sabiduría cósmica.
Para la conciencia del hombre actual, la enfermedad no es una necesidad, sino una elección. La gran mayoría de las dolencias son creaciones del hombre; por lo tanto, todo lo que el hombre ha creado puede él mismo destruirlo.
Recién cuando la humanidad pueda darse cuenta de que somos únicos e irrepetibles y de la importancia que tiene cada uno de nosotros para continuar con la creación, el mundo podrá dejar de ser lo que es para convertirse en  lugar digno de compartir.




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